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NUEVA YORK (AP) — El funeral de un policía hispano asesinado hace una semana en Nueva York junto con su compañero se realizó el sábado con la presencia de agentes procedentes de todo Estados Unidos.
La ceremonia en memoria del agente Rafael Ramos se realizó en la Iglesia del Tabernáculo de Cristo en Queens, decorada con una enorme guirnalda navideña.
El vicepresidente Joe Biden dijo que el asesinato de Ramos y su compañero Wenjian Liu "conmovieron el alma de toda la nación".
Fuera de la iglesia, miles de policías observaban el oficio en pantallas gigantes. Aplaudieron largamente cuando Biden dijo que el Departamento de Policía de Nueva York era el mejor del mundo.
El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, tenía programado hablar posteriormente.
Los planes para el entierro de Liu aún no han sido anunciados.
Los dos agentes asesinados estaban sentados el 20 de diciembre en su patrulla, en una calle de Brooklyn, cuando fueron emboscados a disparos. Los investigadores han dicho que el agresor, Ismaaiyl Brinsley, estaba trastornado luego de haber herido a su ex novia en Baltimore ese mismo día.
Brinsley se suicidó poco después del ataque. En mensajes que subió a internet poco antes del crimen, Brinsley hizo referencias a la muerte de dos hombres negros desarmados —Michael Brown en Ferguson, Missouri y Eric Garner en Staten Island— a manos de dos policías blancos.
Ramos, de 40 años, casado y con dos hijos, se estaba preparando para ser pastor y tenía libros de estudio de la Biblia en su casillero, explicó su oficial superior.
Los sindicatos de policía han acusado a De Blasio de contribuir al clima de desconfianza hacia la policía tras las muertes de Brown y Garner. En un hospital después del tiroteo, el presidente del sindicato de policía, Patrick Lynch y otros agentes le volvieron la espalda al alcalde como muestra de rechazo. Lynch culpó entonces al alcalde de la muerte de los agentes y dijo que tenía sangre en las manos.
Unas semanas antes del tiroteo, Lynch propuso que los agentes firmasen una petición solicitando que el alcalde no acudiera a funerales de policías que murieran en su puesto.
El cardenal de la ciudad, Timothy Dolan y otras personas han intentado calmar los ánimos.
De Blasio expresó un firme apoyo a la policía desde el tiroteo, pidiendo a los manifestantes que detuvieran temporalmente sus protestas y elogiando a los agentes después de que el departamento de policía anunciara la séptima detención desde el tiroteo por amenazar a la policía.
El viernes, el alcalde visitó brevemente el velatorio de Ramos pero no hizo declaraciones. No hubo una reacción perceptible de los agentes a su llegada y la familia de Ramos ha dicho que da la bienvenida a la presencia del alcalde en el funeral.
Ramos y Liu fueron los primeros agentes que mueren en Nueva York en cumplimiento del deber en 2011.
Ambos fueron ascendidos de forma póstuma a detective de primera clase, dijo la policía.
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