Fraude millonario en Ecuador y Venezuela usó empresas fantasmas en Miami y Weston
abril 28, 2015 8:23 amPublicado en: Destacados, Internacionales
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Empresas fantasmas registradas en Miami y Weston recibieron millonarias transferencias de otras compañías pertenecientes a personas que actualmente son investigadas en Ecuador por lavado de activos tras montar exportaciones fraudulentas desde ese país hacia Venezuela, publica connectas.org
*Esta es una investigación conjunta del diario El Universo de Ecuador, la plataforma digital Armando Info en Venezuela y El Nuevo Herald. Los nombres de los periodistas se mantienen en reserva para evitar represalias. La investigación periodística se realizó con el apoyo de la Iniciativa para el Periodismo de Investigación en las Américas, del International Center for Journalists (ICFJ), en alianza con CONNECTAS.
La estafa involucra a empresarios sudamericanos que adquirieron desde lujosos apartamentos en Miami hasta un avión ejecutivo en Fort Lauderdale tras desangrar el Sistema Unitario de Compensación Regional (Sucre), creado en el 2008 bajo el auspicio del mandatario venezolano Hugo Chávez, para fomentar el negocio entre los países de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA).
Una investigación realizada por el diario El Universo de Ecuador, la plataforma digital Armando Info en Venezuela y el Nuevo Herald documenta la ruta que siguió parte de una bolsa de $228 millones y que enlaza barrios pobres de Guayaquil —donde se captaban pobladores de bajos recursos para falsificar facturas—, con las exclusivas propiedades del sur de la Florida, además de cuentas bancarias en Panamá y Bahamas.
La investigación periodística se realizó con el apoyo de la Iniciativa para el Periodismo de Investigación en las Américas, del International Center for Journalists (ICFJ), en alianza con Connectas.
De acuerdo con la investigación, el dinero llegaba a Ecuador por supuestas exportaciones a Venezuela, pero a los pocos días salía al exterior, principalmente al sur de la Florida. Algunas exportaciones estaban sobrevaloradas, otras nunca se realizaron.
En las operaciones que generaron los $228 millones intervinieron 60 compañías venezolanas y 30 ecuatorianas. De ese dinero, $84 millones fueron girados del Ecuador hacia cuentas en el exterior. A Estados Unidos fue transferida casi la tercera parte. El negocio se terminó tras la quiebra de dos instituciones financieras ecuatorianas, la última en mayo del 2013.
Inventando proveedores
Agentes de la Unidad de Lavados de Activos de la policía ecuatoriana interrogaron a Dolores, una mujer que vivía en su modesta casa de caña y techo de zinc en la cooperativa Paraíso de la Flor, en el noroeste de Guayaquil.
Una factura de noviembre del 2012 la sindicaba como proveedora de zanahorias para exportarlas a Venezuela, pero en su vivienda no había ningún cultivo.
Amputada de la pierna, Dolores confesó que gestionó su registro de Rentas Internas para recibir un “bono” de $30 mensuales.
“Accedí a este ‘bono’ porque en ese tiempo no tenía el bono solidario [subsidio gubernamental]”, dijo Dolores, entonces de 56 años. “Solo saqué mi RISE (Régimen Impositivo Simplificado Ecuatoriano) para recibir mi bono”.
Varios testimonios como el de Dolores revelaron que dos exportadoras quiteñas habían optado por pagar ese “bono” en barrios periféricos de Guayaquil, a cambio de la inscripción en Rentas Internas. Con ese documento, las empresas mandaban a imprimir talonarios para facturarse a sí mismas y justificar egresos.
Estas compañías eran Espinosa & Castellanos Comercializadora Internacional Cía. Ltda. (Escastell) y Propermundo S.A., que recibieron $27.8 millones del sistema Sucre por ventas de hortalizas y máquinas agrícolas a Venezuela, entre noviembre del 2011 y mayo del 2013. Las autoridades determinaron sobreprecios altísimos. Así, compraban una desgranadora de maíz a $2,473 y la exportaban a $410,200.
Ambas empresas están relacionadas. Los socios fundadores de Escastell son el colombiano Adriano Castellanos Pedraza y el ecuatoriano Byron Espinosa Barreiros, mientras que en Prospermundo, están Castellanos y la esposa de Espinosa, Rosalin Mogollón Almeida.
La pareja de ecuatorianos actualmente se encuentra en la cárcel, sentenciada a cuatro años por lavado de activos. La asistente contable de Escastell y quien repartía los “bonos” a los pobladores pobres, Wendy Cedeño Lojano, recibió ocho meses de prisión en calidad de cómplice. Castellanos, en cambio, está en Bogotá.
“No voy a hablar respecto al tema. Esas son cosas de abogados”, le dijo Castellanos a un reportero de El Universo vía telefónica. El proceso en su contra en Ecuador está suspendido hasta que Castellanos se presente ante las autoridades.
La casilla de Brickell
De acuerdo con varios informes de los procesos judiciales en Ecuador, de los $27.8 millones que recibieron Escastell y Propermundo, $8.35 millones fueron a manos de tres venezolanos: Samuel Sánchez Boada ($3.85 millones), Pedro Silva Conde y su primo Gustavo Conde Cabrera ($4.5 millones).
Esta última cifra incluye el dinero recibido por la empresa ecuatoriana GuadalupeFarms S.A., cuyos socios eran los dos parientes.
Inicialmente Silva Conde accedió a dar una entrevista en Caracas pero no respondió a los pedidos para recoger su versión.
Silva Conde aparece como representante de Inversiones Siltor 2009, empresa estadounidense que firmó un contrato de comisión mercantil con Prospermundo en septiembre del 2012.
Siltor recibió transferencias por más de $1 millón de Escastell y de acuerdo con documentos bancarios para realizar los giros se consignó como dirección una casilla postal en Brickell. El titular de la casilla en Brickell, el empresario Pedro Antar, dijo a un reportero de el Nuevo Herald que Silva Conde lo habría hecho a sus espaldas.
“Eso es un fraude, un abuso”, dijo Antar, quien dijo que conocía a Silva Conde desde hace casi una década y que hace cuatro años lo ayudó a crear dos empresas en Florida, pero luego fueron desactivadas. “Yo no sé nada de negocios con Ecuador, ni de negocios con Silva ni con Sánchez Boada”.
Siltor también recibió en Estados Unidos $1 millón de la exportadora Mercaimpex, domiciliada en Tulcán, capital de la provincia ecuatoriana de Carchi, que a su vez había recibido $17.6 millones del sistema Sucre.
Boada y Silva Conde van más allá. Los venezolanos recibieron dinero de otras compañías ecuatorianas: Sánchez Boada $4.38 millones y Pedro Silva $110,000.
Algunas de estas empresas están relacionadas entre sí. Por ejemplo, De Todo Un Poco e Imporplace son accionistas de Bestitan, Grurosalli, Negberry, Starlexa y Gruyaseli. A estas se suman Distribuciones Stortelt y Teksolsa.
El Universo ha buscado sin resultado a los representantes de esas exportadoras, en su mayoría ya disueltas por la Superintendencia de Compañías de Ecuador.
Sin embargo, a sus cuentas bancarias llegaron $53.64 millones en seis meses desde Venezuela, a través del sistema Sucre. Por ejemplo, Bestitan está registrada en el popular barrio del Guasmo Oeste, en la Cooperativa Los Cinco Magníficos, en una zona que colinda con un ramal del Estero Salado, pero ahí nadie la conoce.
Lo mismo ocurre con Teksolsa, situada en la Isla Trinitaria, cerca del Estero. Una de las personas que consta como accionista de esta empresa trabaja en una compañía de seguros pero dijo que eso no era posible porque ni siquiera conocía a Teksolsa.
De Todo un Poco recibió $3.1 millones de Prospermundo, pagados en cheques con el rubro de devolución de inversión a Pedro Silva, según consta en un informe de la Superintendencia de Compañías.
Otro grupo de exportadoras es el conformado por Juecrey, Neheminvest y Oseasdany, que recibieron $12.45 millones del sistema Sucre. Su accionista era Ninrod Pantoja Monserrate, un chofer de bus de la línea 38 de Guayaquil. Su hermana se mostró sorprendida por estos hechos, puesto que Pantoja falleció el 21 de marzo del 2013 y no tenía bienes. “Murió de una forma media rara… sin diagnóstico”, acotó.
De acuerdo con la información de la Superintendencia, Pantoja compró las empresas el 1 de noviembre del 2012 al abogado Félix Montiel Sellán. En su oficina, en el edificio Gran Pasaje, están domiciliadas las tres firmas. Montiel indicó que crea compañías para vendérselas a abogados y ofreció entregar información sobre los traspasos de socios, pero no lo hizo.
Empresas de papel en Weston
Los reportes de los procesos judiciales muestran millonarias transferencias a Global Supplies and Equipment Services LLC, una empresa de papel registrada en Weston, uno de los enclaves de la comunidad venezolana en Estados Unidos. Esa compañía también recibió dinero de Sánchez Boada y de la exportadora ecuatoriana Transadi por un total de $10.15 millones en los primeros meses del 2013.
En el expediente judicial en Ecuador, hay dos facturas con las que se justificaron transferencias a Global Supplies por casi $1 millón desde el Banco Territorial.
Un reportero de el Nuevo Herald acudió a visitar la sede de Global Supplies, en San Michele, un reparto de casas de alquiler en Weston. La dirección consignada en los documentos bancarios corresponde a una casa desocupada pese a que la empresa se encuentra activa.
El representante de Global Supplies es el venezolano Nelson Contreras Chávez, empresario de transporte pesado radicado en su país y quien ha sido representante de otras cinco empresas en Florida, que fueron disueltas el 26 de septiembre pasado. Contreras explicó que para crear Global Supplies dio como dirección la casa de un viejo amigo de la infancia que luego se mudó a otra vivienda dentro del mismo reparto.
Contreras indicó a Armando.info que conoce a Sánchez Boada pero que no sabe de él desde hace mucho tiempo, pues le prestó dinero y no le pagó. Consideró que podría tratarse de una usurpación de identidad, ya que no ha recibido transferencias desde Ecuador.
“Yo abrí la empresa en Miami con la finalidad de mudarme allá, pero nunca lo hice”, dijo Contreras. “La empresa sigue activa en papeles pero prácticamente tiene años sin ninguna actividad”.
Otro destino del dinero transferido al sur de la Florida fue Yachting Experts, un “broker” de yates localizado en Coconut Grove. La empresa recibió $2.52 millones de Sánchez, Neheminvest y Juecrey. Uno de los propietarios de la compañía de yates, Frank De Varona, rehusó conceder una entrevista a un reportero de e Nuevo Herald.
Sánchez Boada también adquirió una avioneta LEAR 55, a fines del 2012, mediante transferencias realizadas desde Ecuador por $1 millón a Aeronet Consulting Corp, una empresa localizada en el aeropuerto de Fort Lauderdale. Un funcionario de esa firma dijo que para realizar la venta se creó una empresa en Delaware, Lear 55 Holdings Inc., porque Sánchez no es ciudadano estadounidense.
Ahora la avioneta, con matrícula N 550JB, está a nombre de otra empresa, en el mismo estado de Delaware.
Sánchez también hizo otra transferencia a Texas por $490 mil para Bombardier Aerospace Corporation, un importante fabricante de aeronaves estadounidenses.
Un proceso judicial en contra de Sánchez Boada y Silva Conde está suspendido hasta que estos se presenten ante las autoridades ecuatorianas para responder por las operaciones realizadas por Escastell y Prospermudo, que recibieron $27.8 millones del sistema Sucre, y en el que la Fiscalía ecuatoriana ha comprobado la entrega de los “bonos”, la alteración de facturas y el sobreprecio en exportaciones.
De las demás empresas que participaron en esta trama y que cobraron $89.65 millones, no existe ningún juicio.
No exportaron pero empresas ecuatorianas recibieron $53.7 millones desde Venezuela.
Para leer este artículo publicado en El Nuevo Herald, dar click aquí.
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