El problema no es Farmatodo, es el sistema por @VirginiaZamora
octubre 29, 2014 8:26 amPublicado en: Opinión
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Desde la semana pasada estamos leyendo en las redes sociales infinidad de comentarios en torno a una reciente medida asumida por Farmatodo. La cadena nacional de farmacias desplegó en todas sus tiendas una serie de normas dirigidas a sus clientes, entre las que destacan la presentación obligatoria de la cédula de identidad laminada y un listado de productos cuyas ventas serán restringidas a cantidades específicas.
Quise constatar en persona lo que ya se había convertido en tema destacado y foco de diferentes posiciones, a veces hasta radicalmente opuestas, me acerqué a un Farmatodo y al llegar vi desplegada la famosa lista que con gusto comparto con ustedes al final de estas líneas.
Muchos dicen que Farmatodo asume una responsabilidad que no le corresponde y que deberían ser quienes hoy tienen el poder los que se encarguen de administrar este tipo de medidas, sin embargo insisto en que el problema no es Farmatodo, el problema es un sistema fracasado, lleno de ineptos que no logra mejorar las condiciones de vida de los venezolanos, un sistema que acabó con la producción nacional. El problema es un sistema que busca y buscará siempre cualquier excusa para meterle la mano a la empresa privada, recuerdo el famoso y muy reciente “Dakazo” del que nadie se acuerda y al que nadie defendió.
Si bien es cierto que Farmatodo asumió esta medida, pensemos primero en los porqué antes de satanizarlo, revisemos el todo y no apresuremos posiciones, muchas veces aupadas desde el mismo régimen.
Entendiendo el grandísimo desabastecimiento que hoy hay en el país -culpa del sistema fracasado- y entendiendo que ninguna medida tomada hasta la fecha por el régimen, ha logrado frenar el tema de los revendedores, prefiero, sin duda alguna, que empresas como Farmatodo traten de amortiguar de alguna forma el golpe al consumidor con medidas que por cierto, solo le pueden parecer exageradas a un revendedor porque no creo que alguno de los que me lee, se gaste por ejemplo, 2 envases de champú o utilice 3 cremas dentales semanalmente.
Tampoco es correcto que además de la ineptitud del régimen también las empresas se queden de brazos cruzados y finalmente los únicos afectados seamos nosotros, los ciudadanos.
Un amigo y padre de familia, me comentaba en estos días que lo que hoy hace esta cadena de farmacias es similar a lo que hace él o cualquier otro en la Venezuela actual, es simplemente tratar de garantizar, con lo poco que tiene y lo complicado que se sabe conseguirlo, una distribución equitativa entre todos los que dependen de él.
Finalmente y a modo de reflexión, no quisiera dejar de preguntar cuántos de los que hoy satanizan a Farmatodo y los acusan de no levantar su voz contra el sistema, están dispuestos a pararse a sus puertas para defenderlos cuando el régimen vaya por ellos.
No creo en restricciones a las libertades y jamás las apoyaré pero se que lo que me motiva a asumir esta posición es que tampoco creo en los reclamos mudos de unos ciudadanos que muy bien saben enfilar siempre sus baterías contra el débil y NO mueven un solo polvorín hacia el mal mayor.
Virginia Zamora
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